lunes, 4 de mayo de 2009

El hombre poeta en vias de extinción. Por Arthur stone.

El joven licántropo iba con cuidado aunque no sabía lo que pasaría en el futuro.
La hermosa mujer lo había invitado a su moderno penthouse. Era rubia, y tenía un cierto parecido con Anne Igatiburu. La verdad que la cita prometía. Cuando caía la tarde ella decidió sorprenderle con una estupenda cena y llamó al chino de la esquina.
Comieron con fruición y fue como si estuvieran en el mejor restaurante del mundo.
"_Espérame" le dijo, _"Voy a ponerme una ropa más erótica para la ocasión." "Échate una copa si te apetece mientras tanto." Él se notaba un poco extraño. "Tal vez es que no estoy acostumbrado a salir con chicas levemente pijas. No lo sé."
Pero lo cierto, es que para aquel entonces un desaforado mechón de pelo le colgaba por fuera de la chaqueta y las enormes garras le impedian a todas luces tomarse su cubata. "Oye querida, voy al cuarto de baño, es que no me encuentro muy bien."
Una vez allí se dío cuenta de que aquella noche hacía luna llena. Se miró al espejo y confirmó que se había convertido en un horrible hombre lobo. Rompió la puerta y pensó: Voy a matarla es mi destino, pero ¡malditos suecos! Para aquel entonces los sofas de Ikea ya traían un kit completo, una estaca contra vampiros y unos tornillos de plata, para las mujeres independientes a las que les gustaba tanto tener citas con desconocidos...

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