5 de enero.
Hacia más de cuatro años que lo la veía. Casi había olvidado lo que me hace sentir cuando estoy a su lado. La horrible monotonía de mi humilde trabajo es pura enajenación. Verla me ha hecho comprender que estaba olvidándome a mi mismo. Estaba muerto. Todos los días son iguales unos detrás de otros Es como si se hubiera parado el tiempo y estuviera en un espacio muy grande completamente vacío. Ya he comprendido la ausencia de cualquier error. Ha sido la suma ingente de enormes cantidades de obstáculos inmerecidos. Pero de nada sirve la comprensión. La vida no está hecha para ser comprendida. Las cosas son sencillamente tal y como son, y no se puede hacer nada para evitarlas. Ni siquiera merece la pena perder el tiempo lamentándose. Verla me ha hecho sentir otra cosa. Algo imposible que flota en el universo esperando a ser descubierto.
Sin embargo el miedo vuelve de forma intempestiva, mis nervios se atenazan y numerosas dudas me hacen sufrir. A veces creo que he olvidado mi verdadero rostro. Unos instantes interminables se suceden antes de pueda reconocerme en lo que estoy haciendo. La lógica intenta consolarme, y una serie acontecimientos pasados van desfilando para explicarme como ha sido posible la llegada a la inverosímil situación actual.
Pero la angustia se hace fuerte en determinados momentos. Las pesadillas no son infrecuentes. Los sudores. En esos momentos es que como si el mundo se dividiera, porque fuera, en un remoto tiempo paralelo, se ha hecho otro feliz lugar donde ella se encuentra. Lejos. Totalmente ajena a todas las tristezas que me torturan.
Y sin embargo el otro día ella se encontraba naturalmente a mi lado.
Mañana tengo el día libre y puedo pensar más detenidamente en todo esto.
7 de enero.
Esta mañana me he quedado dormido. Probablemente no escuché el despertador porque estaba soñando con ella. Pero ha sido horrible. Me puse muy nervioso, me vestí rápidamente y cuando llegué estaba todo el mundo fuera, esperándome. Sí, ya sé que yo tengo la única llave y si me duermo todos han de esperar a que llegue, pero no he podido evitarlo.
Gracias a que uno de los jefes me ha ayudado los peces gordos de la comisión no se han enterado.
Cuando me vio llegar se puso en mi puesto mientras yo aparcaba el coche en los aparcamientos.
“Tú preocúpate del coche.” Me dijo. Y hizo el favor de ponerse en mi puesto mientras tanto.
Pero yo me quedé todo el día muy triste. Nadie me dijo nada, es cierto. Pero todos lo pensaban.
Y yo no quiero decirlo, pero también lo pienso. Ha sido culpa de ella. De haberla visto. Ella me ha hecho algo. No soy el mismo. Me paso todo el día cavilando. No estoy bien.
Y ahora creo que todas estas tribulaciones no merecen la pena porque no he de volver a verla.
Las sutiles circunstancias que aquel día azoroso la trajeron a mí no volverán a repetirse.
He roto el espejo. Era la única manera de acostumbrarme al rostro extraño que se me ha quedado sin ella.
Y he cuidar que todo vaya bien en el trabajo, que nadie se de cuenta de lo me pasa realmente.
Si ellos se enterasen probablemente sería la última gota que haría que acabase en la calle.
8 de enero.
No puedo olvidar. Y recordar es sufrir. Después del trabajo he visitado a mi hermana Irene.
Le he contado todo. Ella dice que no puedo seguir así. No puede comprender como una simple visita me ha afectado tanto. No me concentro. He llorado mientras mi hermana me explicaba lo descabellado de mi deseo. Tiene razón pero eso no me consuela en absoluto. Me ha dicho que ella pertenece al pasado, que debería considerarla como a un fantasma. Que las ingobernables fuerzas de la vida nos separaron hace ya mucho y ahora pertenecemos a mundos diferentes. Sé que es verdad, pero no quiero creerlo.
El trabajo el ambiente esta un poco tenso. Creo que se huelen algo. Hoy no ha pasado nada en especial, pero no consigo relajarme. La ordenanza me lo ha dicho. Su consejo era muy directo. Deja de estar tan nervioso y habla con los demás de fútbol. Nunca me ha gustado. No soy partidario de ningún equipo y cuando los demás hablan me mantengo al margen.
Supongo que debo de tener una mirada muy triste cuando alguien me mira a los ojos.
Si no vuelvo a verla creo que va ha pasar algo malo.
9 de enero.
Los de la comisión me han sancionado. Dicen que me paso todo el día pensado en las musarañas y que no atiendo a mi trabajo. Un mes de empleo y sueldo. Y lo peor es que ahora voy a tener mucho tiempo libre, tiempo libre ineludiblemente para pensar en ella. En volver a verla. Creo que voy a hacer una tontería. Voy a soñar. Sí ya sé qué está casada. Que su marido es uno clientes más importantes, que tiene mucha influencia en la comisión. Que podría hacer nadie volviera a contratarme, este país es muy pequeño, y obligarme a la delincuencia y por consiguiente a la cárcel. ¡Qué importa! ¡Todo menos esto! Muchas veces pienso en aquel día que paseamos juntos por el río.
Ya sé que nunca nos besamos, pero una vez, una sola vez, ella me abrazo con tal pasión que cerro los ojos, y yo sentí que su alma se abrió, que se abandonó para que yo la besara, para que …
No tuve valor lo admito. Ella siempre ha pertenecido a una esfera superior a la mía. Pero tal vez me equivoqué. Tal vez eso sea lo único de lo que me arrepiento en toda mi vida.
10 de enero.
Se hecho realidad. Ahora es un hecho consumado. Ha sido algo mágico, yo dije sí en mi interior y ella apareció en mi casa. No se cómo pudo saberlo. Pero supongo que incoscientemente es sensible a mi llamada.
Me dijo tienes mal aspecto, si te duchas ahora mismo me acuesto contigo.
Toda mi vida ha sido verla desnuda. Era preciosa. Se soltó el pelo y sus largos cabellos le caían, sueltos por la espalda. Era rubia, con los ojos profundos y azules. Y sus grandes senos tenían tonos dorados.
Déjame que te chupe primero, me dijo. Y se puso a chupar muy lentamente, con fruición.
Luego se agachó en la cama, poniéndose a cuatro patas y cuando la penetraba chillaba muy fuerte, con rabia, como si el tiempo que nos había separado hubiese aumentado su deseo hasta límites irracionales.
Se corrío varias veces y volvimos a hacerlo mientras mi verga estaba completamente bañada en su agua. Yo me corrí dentro, y sentí que estaba en el centro del universo, y ese era yo.
Sin embargo ahora no me parece la vida sea algo tan serio.
Y en otro orden de cosas, sin que pueda considerarse una represalia, aunque ya no me preocupe tanto, me han despedido.
